Finaliza con esta obra el tríptico del autor sobre la condición del hombre moderno iniciada con la agradable Ampliación del campo de batalla y continuada con la interesante Las partículas elementales. Se reafirma lo ya sabido: no es que el autor no deje indiferente, es decir, no sólo despierta amor u odio sino que es capaz de despertar amor y odio a un mismo lector en una misma novela. No obstante eso era más aplicable a las dos obras mencionadas en que puntualmente daban ganas de dejar la lectura por no encontrarle sentido mientras que en otras asombraba lo relatado. Plataforma es la más equilibrada; posiblemente la fama se la lleve Las partículas elementales pero la obra que aquí reseño me ha parecido más equilibrada, serena, proporcionando una lectura agradable de principio a fin. Nos cuenta en esta ocasión la historia de un hombre pasados los cuarenta años, funcionario con vida aburrida que, tras el fallecimiento de su padre, emprende un viaje a Tailandia. Amén de disquisiciones sobre el resto de viajeros, utilización de servicios sexuales, etc., acaba estableciendo relación, a su vuelta a Francia, con compatriota joven que era una de las turistas. Nos cuenta luego su vida, bastante feliz, tras formalizar la relación, aunque el protagonista reconoce con complacencia que nunca se ha considerado buena persona; ella está volcada en el trabajo y sus prácticas en el área de marketing de turismo ocupan numerosos pasajes, él más bien vive sin grandes alteraciones. El final, quizás previsible conociendo las anteriores novelas, no deja de ser desagradable... aunque ya casi no puedo evitar leer al autor con una sonrisa en la boca.
Título: Plataforma
Autor: Michel Houellebecq
Editorial: Anagrama http://www.anagrama-ed.es/titulo/PN_514
Género: Novela
Valoración: Buena
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